東京 ; Chapitre Unique ৎ୭
NamJoon.
¿Alguna vez te has preguntado qué es un amor a primera vista?
¿Sabes qué se siente?
Yo, realmente, no sé cómo explicarlo, pero es un sentimiento muy fuerte. Sientes cómo si acabarás de correr quinientos metros en diez minutos. Sí, cien metros por dos minutos. Cómo sí corrieras escapando de un ladrón o como sí hubieras retenido la respiración. Quizás exageró, pero es algo similar.
Así me sentía en este momento cuando estuve frente a él. Ese chico, del cuál desconocía su existencia hasta ahora, es demasiado hermoso. Pero, dejando de lado lo precioso que es, aún no logro comprender porque mi corazón late como si hubiese corrido un maratón.
Era extraño, sentía no estar en este mundo cuando conecté mi mirada con la suya.
Me sentía flotando entre las nubes.
Y aunque sonase como la típica escena cliché, de las películas o de alguna historia cursi, pude observar un brillo, más bien un destello, en sus ojos al momento de la conexión.
Extrañamente hermoso.
Supongo que no soy el único en sentirlo, ya qué, por el rabillo de mi ojo izquierdo, pude observar como Monnie se frotaba felizmente en el desconocido, hasta que comenzó a ladrar y el chico rompió el contacto, para colocarse en cuclillas y acariciar al cachorro.
Desearía ser Monnie.
— Que lindo eres. — murmuró. — ¿Cómo se llama? — preguntó, esta vez, viendo hacia mí.
— Él es Monnie. — dije tomando la misma posición que él, palmeé mis piernas para llamar la atención del cachorro. — Realmente se llama RapMon, pero me gusta más decirle Monnie. — lo cargué y me levanté para mostrarlo mejor. — ¿Quieres cargarlo?
Él asintió, por lo que le di a mi mascota en sus brazos. Necesitaba mi celular en ese momento para sacarle una foto y ponerla de fondo de pantalla. Obviamente no lo haría, porque sería demasiado raro, pero sí o sí, algún día, tendré ese fondo de pantalla.
— ¿Cómo te llamas?
¿Me decía a mí o al perro? Aunque, era algo estúpido de preguntar, ya qué le dije como se llamaba mi mascota. Bien, dijeron que es mejor preguntar a morir ignorante, ya luego me podrán coronar como el rey de los estúpidos.
— ¿Te refieres a mí o le hablas a él? — enarqué una ceja, él rió.
— Creo que la respuesta es obvia.
Sí, su majestad Kim estúpido NamJoon.
— Soy Kim NamJoon, un gusto. — sonreí nervioso.
La acaba de cagar y ni siquiera conocía su nombre. Bravo.
— Kim SeokJin, el placer es todo mío. — sonrió levemente y volvió su mirada a Monnie.
¿Ahora que tenía que decir? No podía dejar ir al chico, después de lo que ocurrió, sin al menos pedirle su número.
Piensa algo rápido o se volverá incómodo.
— ¿Te gustan los helados?
— Me gustan mucho.
— ¿Quieres ir por un helado?
Sí, mi fuerte no era socializar, pero tenía que hacer un sacrificio.
— ¿Me invitará a uno, Señor Kim? — enarcó una ceja, divertido.
— No me digas señor, me siento viejo. — un inevitable puchero se formó en mis labios. — Además, ¿y si soy menor que tú?
— Ajá, dime tu edad.
— 25 años, ¿tú?
— 23... — susurró bajando la mirada.
¿Era menor? Con razón su rostro se ve más tierno. No digo que sería feo si fuera viejo, creo que Jin es de los tipos vino; que entre más envejecen, más buenos se ponen. Un claro reflejo de eso, soy yo.
— Te dije que eras menor. — regañé.
Sin darnos cuenta, entre la pequeña pelea, llegamos a la heladería. Bajó a mi bebé, dejé sujeta su correa en un estacionamiento de bicicletas mientras entrábamos a pedir los helados. Como todo un chico con buenos modales que soy, le abrí la puerta a él, sonando la típica campanita que colocan arriba.
Nos acercamos a la caja, para pedir nuestros conos, y volteé a ver la pantalla donde se mostraban los diferentes tipos de helados que tenían ahí. Desvíe la mirada, hacia el peli morado, quién estaba observando el mismo lugar que yo veía hace unos segundos.
— ¿Has decidido cuál quieres?
— Un helado de choco menta.
¿Qué? ¿En serio le gusta ese sabor?
— ¿Qué? — fruncí mi ceño.
— Es delicioso. — se encogió de hombros.
No dije más y pedí los helados a la chica que estaba en la caja.
Creo que tengo que conocerlo un poco más, no puedo criticar sus gustos cuando ni siquiera lo conozco, ¿verdad?
NamJoon.
¿Desde cuándo comenzó a salir todo mal?
Al final sí pude conocerte un poco mejor, y ¿sabes? Fue doloroso.
Sí, fue doloroso saber que me había enamorado por primera vez, y que jamás podría estar con esa persona.
Me enamoré de tí.
Caí en la tonta ilusión de que me correspondías, pero supe desde el principio que esto no terminaría bien. Algo muy profundo en mi mente me decía que me detuviera, pero mi corazón decía que siguiera adelante, que lo intentará.
Qué estúpido fuí.
Sí, no te negaré que fui feliz a tu lado, y aunque te odie; te sigo amando. Aunque una parte de mí se sentía solo al estar junto a tí.
Cómo dicen, de las experiencias se aprende, y al ser tan ignorante en el amor, no sabía que este podía ser tan doloroso. Me gustaría describirlo como un sentimiento "hermosamente doloroso". En algunas ocasiones puedes conocer ambas caras de la moneda o sólo una de ellas, gracias por mostrarme que es amar.
No sólo aprendí eso, cómo decía, soy un inexperto en el amor, y eso incluye el amor a mí mismo, cosa que gracias a tí, aprendí a hacerlo.
Me ayudaste a amarme a mi mismo.
Eso jamás lo olvidaré.
No sé si alguna huella mía quedó aún en tí, ojalá que sí, me gustaría que me recordarás con algún gesto lindo que compartimos.
Hace una semana, volví a verte, me dolió un poco verte con él, abrazados bajo el paragüas. Pasé a tu lado y sentí esa pequeña corriente eléctrica que surgió, igualmente, cuando conectamos miradas el primer día que te conocí.
Fueron tres años sin saber nada de tí.
Y hoy, estoy aquí, frente a tu buzón, bajo la lluvia. Sí, cómo un maldito cliché. Con un sobre en mi mano, dejando una parte de mi corazón en ese trozo de papel, viendo desde lejos cómo sonríes mientras cocinan juntos en la sala de cocina que alguna vez fue testigo de nuestro amor.
Sólo dejé que las gotas de lluvia se mezclarán con mis lágrimas, dejé el sobre de plástico en el buzón y comencé a caminar hasta mi punto de partida; el hotel dónde me hospedaba.
Hola Jin.
¿Te acuerdas de mí? Supongo que no, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que hablamos.
He pasado todo este tiempo culpándome sobre nuestra relación. Pensé que fue por mi culpa que terminamos, porque te aburrías o porque era alguien tan monótono. Pero ahora sé que no es así.
No te culparé, el corazón no decide a quién entregarse, simplemente decirte que a pesar de saber que me fuiste infiel, te perdonó.
Actué como un tonto, sí me fuiste infiel es porque no estabas tan enamorado de mí como solías decirlo. Y quererte atar a mí, fue lo peor. Lamento no haber pensado las cosas con claridad.
Eres alguien muy importante para mí y para mí vida, sin tí, pensé que no podría vivir, literalmente. Estaba tan agotado, pero tú llegaste a salvarme.
Después de todo, al final de una larga noche, llega la luz del amanecer.
Jamás te olvidaré, eres el primer amor de mi vida, el chico que me enseñó lo que es amar, y esos recuerdos nunca se van.
Suerte en tu vida SeokJin, tal vez en la próxima sí podremos hacer las cosas bien.
Te ama, Kim NamJoon.
— Es tonto saber cómo los papeles cambiaron, y ahora él que está aquí con un corazón destruido, soy yo. — sonrió aún con lágrimas en sus ojos. — Perdóname, nunca merecí ser dueño de tu corazón. Dónde sea que estés ahora, Kim, perdóname. — sollozó, limpiando parte de sus lágrimas con las mangas del suéter. — Te extraño mucho, no sabes el dolor que sentí al perderte. No creí que esa sería la última vez que leería algo escrito por tus manos. Sí tan sólo hubiera prestado atención a esa conexión, quizás todo hubiera cambiado y tú no estarías aquí. — dejó las flores sobre la lápida y continuó; — Pero te prometo, que en nuestras próximas vidas podremos amarnos cómo debimos hacerlo desde un principio, por ahora sólo me queda decir adiós. — tomó la correa del cachorro, atrayéndolo hacia él para cargarlo. — Gracias por haberme amado como lo hiciste, aunque te parezca tonto, aún te sigo amando con la misma intensidad de hace cinco años. —
Porque, a veces, no todos los amores son correspondidos a su tiempo y, cómo dicen; no sabes lo que tienes, hasta que lo pierdes.
Cómo NamJoon y SeokJin, dos jóvenes que se conocieron en Tokio; la ciudad que sería el principio y el fin de su trágico amor.
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ᯤ̸ © damadekim.
26/O2/22. ✔
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